EL PERDEDOR:
- Soluciona Tus
Problemas conociendo los míos…
Los zapatos del intrépido emprendedor de sueños y
frustraciones se hacía cada vez más eterna, mientras la caminada con que a
diario realizaba su jornada de búsqueda del remoto éxito se hacía torturante en
pleno rayo de sol, rebosando en el sediento roce de sus labios con su lengua,
que entre imágenes de números multiplicándose en su mente con cada paso,
percibía como en un mundo imaginario lleno del desglose de la preocupación y
angustia; su vida le mostraba un destino agradable para satisfacer sus
necesidades y caprichos más inocentes y cautivos sólo en los fantasmas
amigables de su mente, entre los que se encontraba el sabor de un buen pollo o
el refrescante paso del agua entre su garganta.
Pretencioso y perturbador se hizo su encantamiento
momentáneo, cuando una visión intrépida le recordaba con ansiedad la incipiente
búsqueda de un momento de suerte para conseguir monedas, aunque este reto fuera
el único viable de alcanzar en un día de carreras sin reposo, para así
descansar un poco y poder comer algo de lentejas, aun cohibiéndose de poder
tomar al menos un vaso de agua, sin temor por no tener dinero para el siguiente
día, ignorante por varios meses del agrado de viajar en un autobús por tener
que caminar de lado a lado en una imponente ciudad denominada Emporio. Recordaba y meditaba con reflexión sumisa, cada
idea que se le ocurría sin dejar escapar conocimiento alguno, porque entre lo
más profundo de su mente estaba tal vez la solución con que mejoraría el rumbo
de su vida, pero esto era sólo en su cabeza una teoría que sólo mejoraría su
vida una vez hallara la sabiduría, que solo se logra haciendo lo que en su
mente como una película de ficción ocurría.
La teoría dice que un sin número de relojes
imaginarios están presentes en cada punto del universo para medir la
prolongación del destino, pero en la vida real apenas las leyes tienden a ser exactas;
sólo cuando las leyes de la matemática son exactas, estas no se refieren a la
realidad y por eso cada quien marca su propio destino.
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